Reconstrucción de un Neanderthal, por John Gurche. |
Homo neanderthalensis:
El primero, más famoso y mejor estudiado, es el Neandertal (Homo neandenthalensis). El primero de estos restos se encuentra en Alemania, en una cueva del Valle de Neander (literalmente Neandertal en alemán) en 1857. Estos homínidos vivieron hace entre 230.000 y 28.000 años en lo que hoy es Europa y Oriente Medio. Se sabe que tenían origen común con Homo sapiens y convivieron con estos, llegando a hibridarse con estos en dos ocasiones (Meyer et al, 2012 y et al, 2013), aunque fueron casos puntuados y en general ambas especies se mantuvieron alejadas (Currat & Excoffer, 2004).A nivel físico, eran unos humanos muy robustos, grandes y resistentes en comparación con los Homo sapiens. Poseían un cráneo más grande (con mayor tamaño del cerebro), pero este estaba achatado, y por tanto se cree que tenían más desarrolladas las partes relacionadas con la coordinación que con el "intelecto". Además, una característica que siempre ha llamado mucho la atención a la gente es que estos presentaban una clara prognosis (mandíbula adelantada) y las cejas (bueno, el hueso que les da forma) muy prominente. Recientemente se ha averiguado que entre ellos era muy común una mutación en el gen MRC1, encargado de regular la producción de melanina. Mutaciones similares en humanos son las responsables del pelo pelirrojo y la característica piel pálida de algunas personas.
Comparación de craneo de Cromañón (Homo sapiens) y Neanderthal (Homo neanderthalensis). |
Para leer más sobre lo que sabemos del genoma del Neandertal, recomiendo el excelente resumen por Sánchez-Quinto & Lalueza-Fox, 2015.
Para terminar con esta especie, ¿qué sabemos sobre cómo desaparecieron estos humanos? Pues la verdad es que no mucho. Sabemos que, en general, las poblaciones de Neandertal pasaron por varios cuellos de botella (episodios en que una gran parte de la población muere, reduciendo la variabilidad genética)(Prüfer et al,2014), y que en general su tendencia poblacional fue a la baja, al contrario que la nuestra. Esto puede significar (aunque no tiene por qué) que esta falta de variabilidad redujese su fitness tras un evento catastrófico, fijando mutaciones perjudiciales (Sánchez-Quinto & Lalueza-Fox, 2015). Otra opción que también se baraja es que los sapiens los fuesen desplazando hasta eliminarlos por competencia, o que, con el aumento de las temperaturas, los Neandertales, que estaban mejor adaptados al frío, tuviesen problemas para adaptarse. O una mezcla de las tres.
Homo sp Altai (nombre provisional):
Bien, el siguiente es el hermano "raro" de los anteriores. El Homo de Denisova, una cueva en Siberia, en las montañas Altai, fue encontrado por primera vez en 2010. Un análisis del ADN mitocondrial de los restos demostró que estos no se correspondían con Neandentales ni los humanos modernos (pese a que ambos habían habitado también esas cuevas en diferentes épocas). Posteriores análisis genéticos indicaron que estos eran un grupo hermano de los Neandentales, que radiaban de Siberia al Sud-Este Asiático y que entre el 3 y el 5% del ADN de Melanesios y Aborígenes Australianos deriva de Denisovanos (Reich et al, 2010). Esto significaría que estos humanos se recorrieron Asia entera y cruzaron la Wallacea, la línea imaginaria que separa Asia de las islas del Pacífico.Poco sabemos sobre cómo eran estos humanos, pues solo se conservan un hueso de un dedo, un talón y dos dientes. Sin embargo, el hueso del dedo es especialmente robusto, incluso comparado con el de un Neandertal (que ya dijimos que eran más robustos que los sapiens).
En cuanto a las contribuciones de este grupo a los humanos modernos, se han estudiado menos que las de los Neandertales, pero sí se ha encontrado una adaptación a la altitud que hoy en día está presente en Tibetanos, y que les permite evitar el mal de altura (Huerta-Sánchez et al, 2014).
En cuanto a la razón por la que se extinguieron, se barajan las mismas opciones que los Neandertales, aunque en este caso los restos encontrados muestran un entrecruzamiento muy importante (reproducción entre primos en el caso de la muestra de dedo, pero rastros de que era práctica común). Esto se sabe que favorece la incidencia de problemas de carácter hereditario, y puede haber contribuido a su declive.
Homo floresiensis:
El Hombre de Flores, isla de Indonesia también conocida por ser, junto con Komodo, hábitat del famoso Dragón, es otro de nuestros parientes más curiosos. Es conocido como el Hobbit por su reducido tamaño, que rondaba el metro de estatura y los 25/30 kilos (Brown et al, 2004). Se cree que estos pequeños descienden directamente de Homo erectus, y que estuvieron aislados desde hace al menos 800.000 (Brumm et al, 2016) años hasta su extinción. La fecha de esta ha cambiado, pues en un principio se dato en 12.000 (Brown et al, 2004), pero al parecer esta datación fue erronea debido a ciertos procesos geológicos que no se tuvieron en cuenta. La nueva datación es de 50.000 años (Wasisto et al., 2016).
Su capacidad craneal, de tamaño similar a los primeros australopitecinos (género del que divergimos los homínidos) o a un chimpancé, por lo que contradecía la asunción de los antropólogos de que la evolución del género Homo fuera direccional hacia una cabeza más grande. Además, se presupuso que, al tener el cráneo tan pequeño, estos homínidos eran menos inteligentes que sus coetáneos y antecesores. Sin embargo, recientes análisis de la morfología del cráneo y de la relación cráneo/cuerpo lo relacionan directamente con Homo ergaster y, más indirectamente, como Homo habilis. Además, estos homínidos presentaban una tecnología relativamente avanzada y una sociedad bien estructurada (Brumm et al, 2006), lo que ha hecho que algunos investigadores hayan propuesto incluso que tenían, casi con total certeza, lenguaje.
Para los que tengan curiosidad por la razón por la que H. floresiensis terminó siendo tan pequeño (hasta el punto de que en un principio creían que eran humanos modernos con alguna enfermedad del crecimiento), aquí dejo un vídeo que grabé sobre la Regla de Foster:
Referencias:
-Wall, J. D., Yang, M. A., Jay, F., Kim, S. K., Durand, E. Y., Stevison, L. S., ... & Slatkin, M. (2013). Higher levels of Neanderthal ancestry in East Asians than in Europeans. Genetics, 194(1), 199-209.
-Meyer, M., Kircher, M., Gansauge, M. T., Li, H., Racimo, F., Mallick, S., ... & Sudmant, P. H. (2012). A high-coverage genome sequence from an archaic Denisovan individual. Science, 338(6104), 222-226.
-Green, R. E., Krause, J., Briggs, A. W., Maricic, T., Stenzel, U., Kircher, M., ... & Hansen, N. F. (2010). A draft sequence of the Neandertal genome. science, 328(5979), 710-722.
-Currat, M., & Excoffier, L. (2004). Modern humans did not admix with Neanderthals during their range expansion into Europe. PLoS biology, 2(12), e421.
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-Sánchez-Quinto, F., & Lalueza-Fox, C. (2015). Almost 20 years of Neanderthal palaeogenetics: adaptation, admixture, diversity, demography and extinction. Phil. Trans. R. Soc. B, 370(1660), 20130374.
-Prüfer, K., Racimo, F., Patterson, N., Jay, F., Sankararaman, S., Sawyer, S., ... & Li, H. (2014). The complete genome sequence of a Neandertal from the Altai Mountains. Nature, 505(7481), 43.
-Reich, D., Green, R. E., Kircher, M., Krause, J., Patterson, N., Durand, E. Y., ... & Maricic, T. (2010). Genetic history of an archaic hominin group from Denisova Cave in Siberia. Nature, 468(7327), 1053.
-Huerta-Sánchez, E., Jin, X., Bianba, Z., Peter, B. M., Vinckenbosch, N., Liang, Y., ... & Wang, B. (2014). Altitude adaptation in Tibetans caused by introgression of Denisovan-like DNA. Nature, 512(7513), 194-197.
-Brown, P., Sutikna, T., Morwood, M. J., Soejono, R. P., Saptomo, E. W., & Due, R. A. (2004). A new small-bodied hominin from the Late Pleistocene of Flores, Indonesia. Nature, 431(7012), 1055-1061.
-Brumm, A., Aziz, F., Van den Bergh, G. D., Morwood, M. J., Moore, M. W., Kurniawan, I., ... & Fullagar, R. (2006). Early stone technology on Flores and its implications for Homo floresiensis. Nature, 441(7093), 624.
-Tocheri, M. W., Orr, C. M., Larson, S. G., Sutikna, T., Saptomo, E. W., Due, R. A., ... & Jungers, W. L. (2007). The primitive wrist of Homo floresiensis and its implications for hominin evolution. Science, 317(5845), 1743-1745.
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-Wasisto, S., Westaway, K. E., Aubert, M., Li, B., Zhao, J. X., Storey, M., ... & Grün12, R. (2016). Revised stratigraphy and chronology for Homo floresiensis at Liang Bua in Indonesia. Nature, 532, 21.
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