Sin embargo, los córvidos son, sin lugar a dudas uno de los animales más interesantes que podemos encontrar en nuestro entorno.
Los córvidos (Corvidae) son un grupo de Paseriformes que incluye a los Cuervos, Cornejas, Hurracas, Grajos y Arrendajo, entre otras aves. Se caracterizan por una dieta muy variada, de la que no se excluye aquella por la que son famosos, la carroña. Sin embargo, también son cazadores y sobre todo grandes oportunistas, por lo que suelen comer frutos, semillas, pequeños mamíferos, reptiles y anfibios e incluso algunas aves ( Zawadzka et al., 2013).
Además de la importante función que unos animales con estas características tienen en un ecosistema (tanto como necrófago, como predador o como presa), estas aves presentan otras cualidades que las hacen muy interesantes y nada merecedoras de la mala fama de que gozan.
Sin ir más lejos, esta familia está considerada como la más inteligente entre las aves, llegando incluso a proponerse que se ha dado una evolución convergente entre chimpancés (e incluso homininos extintos) y ellas (Seed, Emery & Dyaton, 2009; Lefebvre, 2013; Emery & Clayton, 2004)
¡Pero bueno, esto son palabras mayores! Qué hace a los etólogos proponer que estos tizones emplumados son tan listos (o más) que nuestros parientes más cercanos? Pues la verdad es que bastantes cosas.
Para empezar, el cerebro de estos animales es muy grande en comparación con su cuerpo.
(Corvus moneduloides) son famosas por "fabricar" y utilizar diferentes herramientas, como palos y ganchos, para poder forrajear en estado salvaje (Taylor et al. 2017; Jacobs et al. 2016, Hunt, 1996).
Una población en Akita, Japón, incluso ha encontrado uso del tráfico y los semáforos para poder comer frutos secos, como nueces y avellanas:
Por último, no solo es que sabemos que estos animales soy muy buenos resolviendo problemas, sino que recientes experimentos demuestran que podrían tener procesos mentales mucho más abstractos, como evaluar si vale la pena esperar e invertir en una acción para una recompensa futura (Dufour et al., 2012), distinguir a diferentes humanos por su cara y sexo (Bogale et al., 2011; Marzluff et al., 2012) e incluso pueden guardar rencor contra un humano que los maltratase y transmitir este a otros animales de su especie (Cornell et al., 2012).
Por último, y como prueba máxima de una extraordinaria inteligencia, estos animales muestran un complicado comportamiento a la hora de proteger y esconder su comida de posibles competidores. Esto incluye engaños, pantomimas y otras tretas para evitar que los demás descubran dónde ha escondido la comida, o en caso de no tenerla, tentar a los que sí a que abandonen la zona donde han la han escondido para así poder buscarla.
Esto llevó a pensar a los investigadores que posiblemente estos animales tenían un principio de Teoría de Mente (en resumen, que son capaces de entender que otro individuo piensa de forma diferente, e incluso pueden intentar pensar como ellos). Diferentes estudios, como el llevado a cabo por Bungyar et al. en 2016, han ido aportando pruebas que apoyan esta afirmación. En este estudio los animales fueron expuestos a otros córvidos a través de un cristal, solo a los ruidos de este a través de un cristal opaco o solo a las grabaciones de estos ruidos pero con un pequeño agujero por el que pueden ser potencialmente vistos.
Los resultados del estudio demuestran que los cuervos protegen la comida solo cuando creen que pueden ser vistos, incluso sin ver a ningún otro cuervo, pero no cuando, pese a tener un cuervo cerca, este está bloqueado. Esto implica que los animales están pensando en qué puede ver el otro animal desde su lado y así estimar si su comida está expuesta.
Y bueno, tras esta retahila inconexa de muestras de inteligencia de uno de los animales que, en mi humilde opinión, están más infravalorados, espero que los miréis con otros ojos. Ellos, desde luego, no olvidarán cómo los veáis.
Bibliografía:
-Zawadzka, D., Drozdowski, S., Zawadzki, G., Zawadzki, J. (2013): Predator or opportunist? Feeding ecology of raven Corvus corax in Augustów Forest. [Drapieżnik czy oportunista? Ekologia żerowania kruka Corvus corax w Puszczy Augustowskiej.] Studia i Materiały Centrum Edukacji Przyrodniczo-Leśnej w Rogowie R. 15. Zeszyt 36 / 3: 210-220.
-Emery, N.J., Clayton, N.S. (2004): The mentality of crows: convergent evolution of intelligence in corvids and apes. Science Washington DC 306 (5703): 1903-1907. |
-Lefebvre, L. (2013): Brains, innovations, tools and cultural transmission in birds, non-human primates, and fossil hominins. Frontiers in human neuroscience 7 (no. 245). |
-Seed, A.M., Emery, N.J., Clayton, N.S. (2009): Intelligence in corvids and apes: a case of convergent evolution? Ethology 115: 401-420.
-Emery, N.J., Seed, A.M., von Bayern, A.M.P., Clayton, N.S. (2007): Cognitive adaptations of social bonding in birds. Philosophical transactions 362 (1480): 489–505. | |
-Jacobs, I.F., von Bayern, Auguste, Osvath, M. (2016): A novel tool-use mode in animals: New Caledonian crows insert tools to transport objects. Animal cognition 19: 1249–1252.
-Taylor, A.H., Gray, R.D. (2017): New Caledonian crows show behavioural flexibility when manufacturing their tools. Behaviour 154 (1): 65-91. -Hunt, G.R. (1996): Manufacture and use of hook-tools by New Caledonian crows. Nature 379 (6562): 249-251. -Dufour, V., Wascher, C.A.F., Braun, A., Miller, R., Bugnyar, T. (2012): Corvids can decide if a future exchange is worth waiting for. Biology letters 8 (2): 201-204.
Bugnyar, T., Reber, S.A., Buckner, C. (2016): Ravens attribute visual access to unseen competitors. Nature Communications 7: 10506 -Bugnyar, T., Reber, S.A., Buckner, C. (2016): Ravens attribute visual access to unseen competitors. Nature Communications 7: 10506 |
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