miércoles, 25 de octubre de 2017

El gato fantasma.

Mamá y su cachorrillo posando. Obviamente,esta foto se sacó en un zoo. 

Estudiar la fauna salvaje es, en general, difícil. Largos viajes, internimables esperas y muchos intentos frustrados suelen acompañar a este tipo de empresas. Sin embargo, nada es tan complicado como ver a un animal que no quiere ser visto, y que tiene mejor vista, oído y olfato que tú. Esto hace de estudiar a ciertos carnívoros toda una odisea. Aunque esta afirmación se aplica a la mayoría de los carnívoros, sin lugar a dudas el Rey del Misterio es el felino del que vamos a hablar hoy: el Leopardo de las Nieves (Panthera uncia).


Este elusivo felino vive en las grandes regiones montañosas de Asia, desde Mongolia hasta Nepal, y de China a Uzbeksitán. Es un animal fuertemente adaptado a la vida en la montaña, siendo más pequeño y robusto que sus primos los leopardos, con un pelaje disruptivo similar a estos, pero en tonos blanco/grisáceos, perfectos para camuflarse en este entorno nevado y rocoso. Además, tiene una cola sorprendentemente larga, casi tanto como su cuerpo, que le sirve para poder equilibrarse. Además, tiene adaptaciones en las pezuñas para poder andar sin hacer ruido en la nieve y sin hundirse.
Hembra cazando. Nótese lo grande que es la zarpa y cómo usa la cola para equilibrarse.

Su dieta consistes, básicamente, en las diferentes especies de cabras montesas que habitan las montañas en las que vive, y algún pequeño mamífero o ave que aparezca en privamera.

Un macho dándose un atracón. Mirad qué ancho tiene el pecho!


 Son solitarios, y como los leopardos es la madre la que se encarga, sola, de alimentar a sus cachorros. Esta especie tiene un método bastante curioso a la hora de comunicarse entre ellos. Sus territorios son tan grandes que es muy raro que dos leopardos coincidan al azar. Sin embargo, se ha comprobado que los ejemplares con territorios colindantes tienen puntos en los que van a marcar con orina, y por los que pasan regularmente para ver qué tipo de "mensaje" le ha dejado el vecino. Así es como un macho puede saber si en un territorio cercano hay una hembra en celo sin necesidad de competir con ella por la caza. 

Awwwwwwwwwwwwwwwwh...

Y ahora me preguntaréis: pero Pedro, qué lo hace tan difícil de investigar? Pues que está muy bien adaptado a su entorno, y este es terriblemente hostil para los humanos. Los investigadores que estudian a estos animales tienen que cubrir territorios de cientos de kilómetros cuadrados con temperaturas bajo cero y un viento constante. Muchos tienen que retirarse antes de lo previsto por el tiempo, lesiones o por el omnipresente mal de altura que ocasiona trabajar por encima de los 4000 metros. Además, en su entorno natural, podrías tener un leopardo a menos de 10 metros y no llegar a verlo, de lo silenciosos y bien camuflados que están. Aquí una prueba: 

Encontrar a Wally es una pijada en comparación con esto. 

Últimamente se han leído algunas buenas noticias para esta especie altamente amenazada, pues algunos informes parecen afirmar que esta especie está creciendo de nuevo, tras casi un siglo de constante retroceso. Esto ha hecho que se lo pase de Amenazado a Vulnerable en la IUCN Red List. Sin embargo, las dificultades inherentes al estudio de estas poblaciones hace que esos datos sean de poca calidad, y no suficientes como para cambiar el estado de amenaza de la especie, como han denunciado varios expertos

Pese a esta "mejora" en la lista, sigue siendo una especie fuertemente amenazada, sobre todo por el Cambio Climático y las actividades humanas. En los últimos años han incrementado los proyectos de conservación en los diferentes países en que habita, pero aún así, sus poblaciones siguen disminuyendo poco a poco. Si no tenemos cuidado, es posible que, un día, sin darnos cuenta, perdamos al fantasma de las montañas. 

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